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5 errores que nunca debes cometer en una entrevista de trabajo

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La búsqueda de trabajo consta de muchas etapas desde que empieza hasta que finaliza. Tanto la confección y el envío del currículum como la localización de empresas y ofertas en las que nuestro perfil pueda encajar son muy importantes. Pero el paso en el que a todos se nos ponen un poco los pelos de punta son las entrevistas de trabajo.

Las entrevistas de trabajo son cruciales en la búsqueda de empleo. Suponen el momento en el que te vas a encontrar cara a cara con la persona que puede dar el visto bueno a tu contratación o, al contrario, dar carpetazo a tus ilusiones. Pero tranquilo, no pasa nada si esto último sucede. A todos nos ha pasado alguna vez y pueden deberse a factores que no dependen de ti.

Aún así, hay otras cuestiones sobre las que sí puedes influir y que pueden afectar positiva o negativamente a tu candidatura. Y sobre estas cosas es de lo que te queremos hablar aquí.

¡Nunca hagas esto en tu entrevista de trabajo!

Presta atención, porque te vamos a explicar cuáles son los errores que nunca debes cometer en una entrevista de trabajo y que son mucho más frecuentes de lo que piensas.

1.- Acudir sin haberte informado sobre la empresa

Cuando lleves unas cuantas entrevistas de trabajo, es probable que esto te parezca algo tan obvio que ni te lo plantees, ya que lo harás por defecto. Pero es un error muy común entre los candidatos primerizos y puede suponer un punto muy negativo si no lo has preparado bien.

No te tiene que extrañar si el reclutador te hace preguntas sobre tus conocimientos acerca de la empresa, de sus actividades y del puesto de trabajo al que quieres optar. Cuanto más hayas investigado acerca de todo esto, mucho mejor. El reclutador verá con malos ojos si no sabes qué responder, ya que denotará una falta de interés y de motivación que, sin duda, no puntúa bien en tu candidatura.

2.- Dar respuestas vagas y generales

Los reclutadores te pueden hacer preguntas sobre un montón de cosas, pero las más típicas serán acerca de tu interés sobre el puesto de trabajo. De nuevo, no te conviene quedarte en blanco, pero tampoco te conviene enrollarte demasiado en las respuestas. Esto dará la sensación de que no tienes las cosas claras y que quieres rellenar tu tiempo de conversación con frases tópicas palabras superfluas.

Como ves, aquí también te puede ayudar esa investigación sobre lo que hace la empresa y sobre cuáles serían tus funciones concretas en el puesto de trabajo al que optas. Si sabes dirigir tu respuesta hacia aspectos relacionados con la empresa y el sector en el que opera, estarás demostrando que te tomas las cosas en serio y no estás ahí para pasar el rato.

3.- Exagerar o mentir sobre tus capacidades

Ya sabes el dicho: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Y los reclutadores saben a la perfección cuándo estás engordando tu currículum y exagerando sobre tus conocimientos y tu trayectoria. Esto nunca da buena impresión. Si crees que tu experiencia es demasiado pequeña como para destacar sobre otros candidatos, intenta lucirte de otra manera, sobre todo mostrándote proactivo y motivado. Muchas veces esto sirve de más que un currículum de varias páginas.

Y, sobre todo, nunca mientas. Esto es aún peor que exagerar en tu currículum o en las entrevistas. De hecho, si te pillan, lo más normal es que suponga un descarte automático. Y si no te pillan, cuando llegue la hora de la verdad, lo puedes pasar realmente mal y te arrepentirás de haberlo hecho, ya que no sabrás sacarte las castañas del fuego.

4.- Comportarte fuera de lugar

Aquí incluimos desde los momentos previos a la entrevista. Es decir, desde las comunicaciones iniciales y las que conciernen a la cita. Tienes que mantener un tono educado, respetuoso y profesional. Empieza por llegar puntual y por vestirte de manera apropiada. Si no sabes cómo hacerlo, lo mejor es que seas conservador. Y lo mismo con el trato personal.

Uno de los errores más comunes, muchas veces debido a los nervios o a la falta de experiencia, es mostrarse demasiado cercano al entrevistador, o tratarlo de igual a igual. Trata de pensar que la persona que está frente a ti puede ser tu próximo jefe, o que es alguien con quien no debes tomarte demasiadas confianzas, y mantén las distancias. Así permanecerás en una zona más segura y no pisarás ninguna línea roja.

5.- Criticar a empresas o jefes anteriores

Aunque tengas toda la razón y todos los motivos del mundo, esto no da buena impresión y tampoco te hará parecer sincero y honesto. Lo único que le puede parecer a tu entrevistador es que eres una persona negativa y que contratarte va a resultar problemático. Lo que sí puedes hacer es hablar positivamente de tus experiencias anteriores y centrarte en lo que te han aportado y lo que has aprendido. Con esta actitud más favorable dejarás una impresión de persona motivada y dispuesta a aportar y aprender.

Y si es tu primera entrevista de trabajo y no tienes de quién hablar mal, tampoco lo hagas de tu experiencia como estudiante, ni seas demasiado quejica con las posibles tareas o responsabilidades que te propongan para este puesto al que postulas. Piensa que, en general, a todos nos resulta más agradable hablar con una persona que tiene una sonrisa y mantiene su ilusión que con una que solo frunce el ceño y guarda rencor.

Esperamos que estos consejos te hayan resultado muy útiles y que te puedan servir para tener ¡todo el éxito en tu próxima entrevista de trabajo!