Aprende de los mejores. Los hábitos de los grandes emprendedores
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A la hora de empezar a trabajar, ya sea por cuenta ajena o en un proyecto propio, siempre nos fijamos en lo que hacen otras personas. Hilando más fino, siempre nos fijamos en los que nos pueden servir de ejemplo, o aquellos a los que admiramos. Intentamos aprender de ellos y coger lo que podemos aplicar a nuestras tareas y procederes.
Algunas de las personas más influyentes hoy en día son esos gurús emprendedores, muchos de ellos del sector tecnológico, que han sacado sus proyectos a base de tesón y buenas ideas. Muchos son admirados por legiones de personas que intentan conseguir un reconocimiento similar o, al menos, sueñan con un porcentaje del éxito empresarial y económico.
Pero, ¿qué tienen en común los grandes emprendedores? ¿Qué es lo que les hace ser tan especiales? Te vamos a contar aquí algunos de los hábitos que tienen los grandes empresarios, para que puedas aprender de los mejores.
Empieza pronto el día
Muchos de los gurús en los que nos fijamos a diario empiezan su jornada temprano, muy temprano. De hecho, lo hacen mucho antes de lo que la mayoría de la gente se imagina. Para que os hagáis una idea concreta, Tim Cook, el CEO de Apple, empieza a enviar correos electrónicos a las 4:30 de la mañana. Su antecesor, Steve Jobs, se sentaba en la mesa a las 6 y, aunque no llegara hasta las 9 a la oficina, ya había trabajado un par de horas desde casa.
Esto es una práctica habitual, no solo en la compañía de la manzana, y muchos lo explican diciendo que por la mañana es cuando más se concentran y pueden avanzar. Además, levantarse antes que los demás también les permite organizar de un modo más amplio sus horas venideras.
Céntrate en lo importante
Los emprendedores (y muchas otras personas) suelen tener muchas cosas en la cabeza, y muchas tareas pendientes. Pero los mejores, los que resultan más productivos, saben discernir entre las cosas que son realmente importantes y las que pueden esperar.
Seguramente, una de las primeras tareas que hacen muchos es revisar la bandeja de correo electrónico y, por supuesto, solo atender a los asuntos más relevantes. A partir de ahí, los temas secundarios tienen dos opciones: o se delegan en otras personas, o se quedan en la lista de espera.
Cuídate a ti mismo
Aunque en algunas películas hayas visto cómo algunos de los grandes creadores y empresarios comienzan a dar forma a sus proyectos e ideas de un modo divertido, en el garaje de su casa, o simplemente con una inspiración que viene de la nada, esto no suele ser así en la vida real.
Lo de montar una empresa y sacarla adelante requiere mucho esfuerzo, y hay que cuidarse físicamente para resistir a largo plazo un ritmo tan alto. Por eso, no es extraño ver que los gurús cuidan mucho su alimentación y también hacen ejercicio regularmente.
Ábrete al mundo
Los grandes emprendedores no se suelen encerrar en su cubículo a tiempo completo, por mucho trabajo y tareas que tengan. Lo que los diferencia del resto de empresarios es que son personas que están siempre atentos a lo que les rodea, tanto a las situaciones como a las personas.
Pero, además de todo esto, también son personas abiertas al mundo, conscientes de las novedades y de cómo avanza el mundo. Esto les permite anticiparse a las futuras necesidades y planificar una estrategia para satisfacer lo que sus clientes potenciales van a demandar.
Rodéate de los mejores
Los emprendedores de éxito no son seres superiores que lo saben hacer todo bien y por sí solos se pueden apañar para sacar adelante cualquier proyecto. Son personas con unas capacidades muy buenas para algunas cosas pero que, como todos los demás, también tienen sus limitaciones y cuyos días solo duran veinticuatro horas.
Pero una cosa que tienen en común muchos de estos empresarios es que saben identificar y asumir sus carencias y, a la vez, tienen buen ojo para rodearse de los empleados y compañeros con mejores talentos, sobre todo de los que ellos carecen.
No te conformes ni te rindas
Otra de las características que definen a un emprendedor exitoso es que siempre están dándole a las neuronas. Esto quiere decir que trabajan mucho y que, a la vez, tienen instalado ese chip de la creación en su cerebro, que no les permite dejar de pensar en nuevas ideas.
Un poco relacionado con esto, aunque dependiendo de si les va bien o no, también se puede decir que los emprendedores de éxito no se rinden. Aunque fracasen en su primera propuesta, como siempre están haciendo rodar el motor, acaban resurgiendo de las cenizas y, al final, consiguen dar la puntada que estaban buscando.
Trabajar, trabajar y trabajar
Vale, éste seguro que no es el consejo más divertido ni más fácil, pero es una cosa que tienes que hacer sí o sí en el caso de que quieras convertirte en un empresario de éxito. A eso de que la inspiración te tiene que pillar trabajando le tienes que hacer mucho caso.
Pero no solo para conseguir esa idea primaria que te haga despegar, sino para mantener tu negocio y tus objetivos tendrás que mantener un ritmo alto de trabajo. Si no, además de no cumplir con tus metas, puedes ver cómo la competencia te come la tostada.
Sabemos que estos hábitos de los grandes emprendedores no son siempre fáciles de aplicar a uno mismo, pero nadie ha dicho que el camino del éxito sea un camino de rosas. Aplícate las costumbres de no rendirte y trabajar duro, y poco a poco verás cómo el resto de las cosas salen y tú también terminas convirtiéndote en uno de los gurús que copan las portadas de las mejores revistas y webs.
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