
La etapa de estudiante es una etapa en la que vas a aprender un montón de cosas. No solo en lo que se refiere a tu formación educativa, sino porque es una época de tu vida en la que adquirirás unos hábitos y una madurez que conformarán tu carácter para los próximos años.
Como sabrás, hay mucha gente que trabaja a la vez que estudia. Hay gente que lo hace por necesidad, otros por mantenerse más ocupados y otros por adquirir experiencia práctica. Pero también hay gente que opina que, en la fase de estudios, es mejor centrarse en éstos y no ponerse a trabajar (salvo esos casos que decíamos de necesidad, que los hay).
Si ésta es una cuestión que tú te planteas y no sabes cuáles pueden ser las ventajas e inconvenientes de trabajar mientras estudias, has llegado al lugar adecuado. Aquí vamos a tratar de poner negro sobre blanco los pros y los contras de esto, para que puedas tomar una decisión lo más ajustada a tus circunstancias y necesidades.
Ventajas de trabajar mientras estudias
· La primera ventaja de trabajar mientras se estudia es, obviamente, la entrada de dinero. Como hemos dicho antes, hay gente que, por necesidades personales, no tiene otro remedio que trabajar mientras estudia para equilibrar sus finanzas. Pero, aunque no sea tal la necesidad, lo normal es que los estudiantes siempre anden más justos de dinero y requieran de algún ingreso extra para sus gastos.
· La experiencia laboral que se adquiere también es un factor que aprieta mucho en esta decisión. Hay muchas carreras y profesiones en las que el aprendizaje práctico resulta esencial y cuanto antes se comience a desarrollar mucho mejor.
· Si trabajas mientras estás en la universidad o haciendo algún curso, es probable que le saques mucho mejor partido a tu formación. Verás y vivirás de un modo práctico todo aquello que te están enseñando y podrás experimentarlos de una manera mucho más realista.
· Conseguirás destacar sobre tus competidores porque, no nos engañemos, ni todos quieren ni todos se proponen trabajar mientras estudias. Si tú lo haces, mostrarás una iniciativa y unas ganas de aprender y trabajar por encima de la media. Por supuesto, esto quedará reflejado en tu currículum, lo cual convertirá tu perfil en algo mucho más atractivo para los reclutadores.
· Adquirirás una madurez y una experiencia vital muy importante. Se dice que no se aprende de la vida real hasta que se comienza a trabajar, y esto tiene mucho de verdad. Puede que, si estás compaginando trabajo y estudios aún no percibas completamente el mundo que te esperará cuando ya te establezcas completamente por tu cuenta, pero sí que te irá abriendo los ojos ante lo que te vas a encontrar más pronto que tarde.
· Aprendes a administrarte de otro modo, mucho más eficaz y realista que si solo estás estudiando, porque tienes una percepción mucho más auténtica del dinero, de los costes de la vida y, por supuesto, del tiempo. Al ocupar tu jornada con dos actividades distintas, no te quedará otro remedio que organizarte mejor si quieres cumplir con los objetivos deseados en ambas.
Desventajas de trabajar mientras estudias
Por supuesto, nunca se puede decir que todo es blanco o negro, y en este caso pasa lo mismo. Si trabajar mientras estudias te puede aportar muchos beneficios, también tienes que tener en cuenta que hay otros aspectos no tan positivos. Aquí te dejamos algunos, para que puedas tener una visión más imparcial del asunto.
· Tendrás menos capacidad de estudio y, si esto es lo más importante para ti, tendrás que valorar si de verdad te merece la pena trabajar. No nos referimos solo al tiempo, sino a las energías que, por muy joven que seas, también son limitadas. Los trabajos pueden darte muchas cosas buenas, pero te restarán un tiempo considerable, sobre todo cuando estés en época de exámenes, así como una energía preciosa que necesitarás para afrontar con plenitud los retos académicos.
· Los trabajos no siempre son lo que uno se imagina. Y esto, por desgracia, ocurre mucho más a menudo de lo deseable. Hay trabajos que, en la práctica, exigen mucho más que en la teoría, y tienes que estar prevenido ante posibles sorpresas desagradables en lo que se refiere al esfuerzo y a las horas dedicadas. Además, aunque el trabajo sea remunerado –cosa que no siempre sucede–, puede que no te compense. Lo triste es que, en esos casos de necesidad, tal vez te sientas comprometido a unas condiciones duras o injustas.
· Y, por último, el riesgo de olvidar que eres estudiante y que tu prioridad debería ser ésa: estudiar. Hay veces en los que un buen trabajo se nos aparece delante y vemos la posibilidad de ingresar unas cantidades de dinero que puedan ser atractivas, sobre todo a estas edades y a corto plazo. Por muy bueno que sea el trabajo y las condiciones –algo, no nos olvidemos, difícil que suceda, pero no imposible–, no renuncies a tus estudios y a tu formación. Puede que no veas ahora mismo las futuras consecuencias, pero, en caso de que el trabajo que te haya salido sea realmente atractivo y ventajoso, es mejor que vayas más despacito con los estudios y prolongues tu etapa de estudiante y trabajador, en lugar de dar por finalizados abrupta y prematuramente tus estudios.
Esperamos que estos puntos que te comentamos aquí te hayan sido de utilidad a la hora de valorar cuáles son las ventajas y los inconvenientes de trabajar mientras estudias. Por supuesto, si se te ocurren más cosas que puedan influir en la decisión o tienes alguna duda y aporte, ¡puedes preguntarnos y comentarlo!
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